26 de diciembre de 2014

'¡Que delgado estás!'


¿No sentís a veces como si todo esto no fuera más que una broma? Un show, un chiste del que todos se ríen, y son cómplices. Todos menos . Que realmente todo es un gran complot, un complot para volverte rematadamente loco.

La semana pasada fui a cortarme el pelo a la peluquería de una amiga de mi madre, y me dijo algo como '¡Oye, deja ya de adelgazar!'. Yo me reí, y le dije que no era tanto, que es lo que hago siempre que me dicen eso. Y me lo dicen. Y noto como algo dentro de mi se retuerce cada vez que dicen eso. De verdad, se supone que es algo que debería gustarme, pero lo odio. Odio que me digan lo delgado que estoy cuando que no es así.

Hay veces en las que eso de '¡Que delgado te has quedado!' no está mal. Sobre todo al principio, cuando pasé de la tonelada al quintal. Pero ahora es una frase que me quema. Demasiado.

Ocasionalmente hasta empiezo a creérmelo. Pienso que tengo una imagen demasiado distorsionada de mi mismo, miro toda la ropa enorme que tengo en el ropero, y miro la camisa de la talla S que me acaban de regalar, y pienso que tal vez esté jodidamente mal de la cabeza. Pero después me quito la ropa delante del espejo y veo que no es así. Sé que no es así. Y es de las pocas cosas que sé con certeza en esta vida.

La gente solo quiere hacerte sentir bien con frases como esa. Pero jode. Mucho.

2 comentarios:

  1. No, la gente es hija de puta y de hacerte sentir bien, nanay. A lo más son corteses o en el caso de que realmente sean amigos tuyos o gente que te aprecie, sí son sinceros.
    El caso es que tienes la imagen distorsionada, está claro. Tras veinte kilos no tienes la misma forma corporal y eso hasta tu mente racional lo sabe. Básate en la nueva talla de ropa, convéncete a ti mismo de que no es solo lo que ves, es también lo que las medidas dicen. Discute contigo mismo, a diario, aunque parezca un absurdo.
    Solo así podrás medianamente convencerte a ratos de que algo has adelgazado y dejas de ser la masa que eras para empezar a verte como persona normal.
    Y todo esto me repito a mi misma a diario. Que los pantalones de la talla 44 que me quedaban cómodos no son el vestido negro ceñido de la talla XS (y eso que todavía me queda apretado). NO, NO LO ES.
    Pero no es lo que yo veo, y por eso sigo discutiéndome cada día.

    Por cierto, y la peña cuanto más gorda está, más flaco te ve. Es un hecho. Solamente trata de no hundirte en esta puta locura y quedarte en un rango de peso sano, no en hueso sino en músculo. Porque al final a todos nos gusta quitarnos la camiseta y que la peña nos mire con envidia, no con asco.
    Aunque sea tan extremadamente difícil y por dentro te mueras de vergüenza y de asco hacia ti mismo.
    Matar esa voz de la cabeza es una de mis metas en la vida, pero la hija de puta siempre se me adelanta o se esconde para que no la reviente.
    Un beso.

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    1. ¡Hola Yuki!

      Yo creo que la gente si dice este tipo de comentarios por simplemente cumplir, o como dices, por cortesía, pero el trasfondo es hacerte sentir 'bien'. Son como el típico 'Que guapa estás hoy'.

      Lo de la imagen distorsionada, no creo que sea así. Sé que no estoy como estaba antes, pero sé que tampoco estoy delgado.

      Abrazos, te deseo mucha fuerza en esas batallas interiores que inevitablemente debemos hacer. ¡Nos vemos!

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