25 de diciembre de 2014

Comida.


Odio comer. Amo comer. Es una relación tan bipolar que me asquea. He de ser sincero: Como demasiado. Me estreso y como, y al comer me estreso más aún, lo que hacer que me de por comer más. Mi relación con la comida puede definirse con ese círculo vicioso.

Hace tiempo que caí en las garras de este trastorno. No ignoro que sea una enfermedad como hace mucha gente, no; como dije en la primera entrada de este blog, no ignoro el hecho de que esté enfermo. Pero no quiero dejar de estarlo. Espero que este hecho no sea tan complicado de entender. No quiero dejar de tener este problema, por que en cierto modo esta locura me da cordura.

Todo esto empezó siendo algo normal. Un día asumí lo obeso que estaba. Pesaba más de noventa quilos, y milagrosamente algo encajó en mi celebro medio lelo y decidí que cambiaría. Empecé a decir no a mucha comida basura, descubrí las verduras y comencé a realizar más deporte. Lo típico que hace la gente normal, y lo que digo cuando alguien me dice 'Oh, que delgado estás, ¿Qué has hecho?'. Esto empezó en septiembre, y a finales de octubre ya tenía los dedos en la garganta y mintiendo sobre la comida que comía.

La verdad es que no sé muy bien como empezó esto, por raro que sea simplemente salió así. Y es un infierno, pero quiero arder hasta los cimientos. A día de hoy he perdido veinte kilos, y quiero bajar. Necesito bajar, pero estoy atascado en este maldito número. Se ríe de mi. Se burla de mi incapacidad. Me llama fracasado y se crece.

Arder como un cometa para brillar como una estrella. 

Quiero añadir una última cosa, y es que el 'Príncipe' del título no es más que una burla. Una burla a los Anas, y a los Mias y a todas aquellas personas que creen que esto no es más que un juego o un estilo de vida, o algo de lo que se pueda entrar y salir a antojo. No es un juego. No es divertido. No es más que una basura. Y una enfermedad. Que no se os olvide eso. Asumidlo y aceptarlo. Estáis enfermos.

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