28 de diciembre de 2014

Fracasado.


Hoy es uno de estos días en los que no tengo ganas de más que de morirme. Cerrar los ojos y bum. Nada. Vacío.

A veces creo que estoy mal por vicio. No ha pasado nada que haya desencadenado esta sensación de opresión. Simplemente me sucede, generalmente en noches como esta. Las noches son siempre muy duras para mi. Más que cualquier otro momento del día. Siempre retraso todo lo que puedo el momento de irme a la cama, pero la oscuridad siempre viene a morderme el oído.

Duermo realmente poco. Y lo poco que duermo es siempre a saltos. Duermo media hora, y después me despierto, y tengo que volver a dormirme. Siempre estoy cansado, tengo sueño, pero a la hora de la verdad, no puedo dormirme.

En la cama, con los ojos abiertos, mirando el techo, siempre me asaltan los mismos pensamientos. Una película que muestra siempre los mismos hechos, mientras que una voz que me susurra 'Fracasado, fracasado...' hace de banda sonora.

Y es cierto que soy un fracasado, no puedo hacer más que darle la razón a esa maldita voz. Estoy atrapado en mi peso, en el sentido literal y en el sentido metafórico. Me carcome. Lo odio. Pero soy débil, y mientras que sea así de débil, no hay salida a la trampa. Estoy atrapado en el pasado, en esa cantidad de sucesos que han contribuido a formar la mierda que soy hoy. Estoy atrapado en el odio que siento hacia mi mismo. Atrapado. Atrapado. Estoy atrapado por mi propia vida, por absurdo que pueda sonar.

Y estoy increíblemente cansado. En días como hoy simplemente quiero hacerme ovillo y dejar de respirar. En días como este, quiero que la oscuridad me devore.

27 de diciembre de 2014

El alcohol y yo.


El alcohol y yo tenemos una relación peculiar. Es capaz de sacar cosas buenas en mi, me hace ser más abierto, más locuaz, más carismático; pero a la vez es capaz de sacar el veneno que llevo dentro. El alcohol es capaz de quebrar la membrana que separa mi mundo interno de mi mundo externo.

El otro día estaba con unos amigos, y bromeaban sobre que en la siguiente fiesta le dijeran a la mañana siguiente a alguien que se había liado con otra persona, a ver si picaba o no. Todos se giraron hacia mi, y en ese momento me dí cuenta de que soy el alcohólico del grupo.

Es cierto que suelo ser al que le cuesta más frenar de beber, y eso sumado a que generalmente tengo el estómago vacío, causa estragos. Ahora cuando sé que voy a beber intento comer antes, y me controlo mejor, así que hace tiempo que no hay catástrofe. Pero aún así ya tengo la fama ganada.

Hace dos años arruiné el cumpleaños de mi mejor amiga. Aún no tengo muy claro que pasó esa noche, tengo solamente fragmentos inconexos, y algunas cosas que me contaron al día siguiente. Tampoco pregunté mucho, por que la verdad es que no me hace falta. Me acuerdo de haber tenido un día especialmente jodido. Me acuerdo de que no comí absolutamente nada ese día, y de que bebí más de la cuenta. Me acuerdo de mi llorando en unas escaleras (Imaginaros como iba que yo nunca jamás lloro). Me acuerdo de estar tumbado con mi mejor amiga, después de haber estado potando un rato. Me acuerdo de que cuando estaba con mi amiga tumbado, le hablé de mi tca. Fue la primera persona a la que le contaba esto. Me acuerdo que le conté más cosas, que si ganas de morirme o cualquier cosa de esas. No lo tengo muy claro, solo sé que a partir de ese momento jodí la mejor relación (Y tal vez la más verdadera) que he tenido nunca con nadie. Nada fue igual a partir de ese momento.

A finales de verano me emborraché a base de chupitos de tequila en una fiesta. De este día si tengo las cosas claras. O al menos eso creo. No sé con cuantas personas me lié, solo sé que de pronto gritaba 'ROOOOOONDA DE TEQUILA' y me metía otro chupito en el cuerpo. Después recuerdo que poté un rato en el baño, y ratos después me fui a dormir un rato a la habitación de la amiga que había montado la fiesta. Recuerdo que de pronto estaba con mi mejor amigo allí, y que estuvimos un rato hablando. Creo que nunca hablamos tanto. El alcohol me suelta la lengua. Solo sé que rato después nos estábamos liando. Y después de liarnos, hablábamos, y después volvía a tener su lengua en mi boca. Allí le hablé de mi tca. No sé como salió el tema, pero finalmente se lo conté. Finalmente decidimos hacer como 'Aquella noche nunca existió', y no volvimos a hablar de nada de lo que hablamos allí, ni de lo que hicimos.

Desde entonces intento manejarme con el alcohol, por que aunque en la mayoría de las ocasiones saca mi yo elocuente y desvergonzado, hay otras que saca una faceta que no me gusta. Además, el alcohol tiene muchísimas calorías quitemos hierro al asunto.

26 de diciembre de 2014

¿Qué pasó con la ilusión?


Antes era de los que se emocionaban con extrema facilidad. Me embarcaba en multitud de proyectos, y aunque no terminaba ninguno de ellos, los disfrutaba. Ahora, a día de hoy, he perdido la ilusión. No tengo ganas de nada. No me emocionan las cosas que antes lo hacían.

No tengo ganas de vivir. No me entusiasman los planes que hago con mis amigos, las historias que empiezo a escribir, o simplemente el hacer algo.

Me paso el día dejando pasar el tiempo, haciendo cosas insustanciales mientras rezo por que el día termine pronto. Esto una, y otra vez. Mi vida es pura rutina. Es una rutina que me envenena poco a poco, gota a gota, segundo a segundo.

Me levanto, voy a clases, como, dejo pasar la tarde, y después repetimos el proceso, con la salvedad de que al día siguiente me encuentro peor, más envenenado. Intoxicado por mi propia vida, tan ácida que corroyó la ilusión.

'¡Que delgado estás!'


¿No sentís a veces como si todo esto no fuera más que una broma? Un show, un chiste del que todos se ríen, y son cómplices. Todos menos . Que realmente todo es un gran complot, un complot para volverte rematadamente loco.

La semana pasada fui a cortarme el pelo a la peluquería de una amiga de mi madre, y me dijo algo como '¡Oye, deja ya de adelgazar!'. Yo me reí, y le dije que no era tanto, que es lo que hago siempre que me dicen eso. Y me lo dicen. Y noto como algo dentro de mi se retuerce cada vez que dicen eso. De verdad, se supone que es algo que debería gustarme, pero lo odio. Odio que me digan lo delgado que estoy cuando que no es así.

Hay veces en las que eso de '¡Que delgado te has quedado!' no está mal. Sobre todo al principio, cuando pasé de la tonelada al quintal. Pero ahora es una frase que me quema. Demasiado.

Ocasionalmente hasta empiezo a creérmelo. Pienso que tengo una imagen demasiado distorsionada de mi mismo, miro toda la ropa enorme que tengo en el ropero, y miro la camisa de la talla S que me acaban de regalar, y pienso que tal vez esté jodidamente mal de la cabeza. Pero después me quito la ropa delante del espejo y veo que no es así. Sé que no es así. Y es de las pocas cosas que sé con certeza en esta vida.

La gente solo quiere hacerte sentir bien con frases como esa. Pero jode. Mucho.

25 de diciembre de 2014

La magnífica magia navideña.


Esta mañana al levantarme, tenía bajo el árbol un bote industrial de Nutella. 1000 gramos para ser exactos. Eso y un montón de bombones lindor, que por cierto son mis bombones favoritos, además de un par de chocolatinas. ¿Ha podido Papá Noel ser más cruel conmigo?

Quitando el chocolate, he tenido también un libro (Que yo mismo escogí), y un juego de gel y desodorante, que para rizar el rizo, huelen a chocolate. También he tenido la indecencia de ponerme bajo el árbol un regalo de mi parte, lo cual no sé si es demasiado cutre hasta para mi, pero el caso es que preveo unas navidades demasiado feas, como lo fueron los años anteriores (Y este Papá Noel ha superado con creces todos los regalos de las navidades pasadas). No me quejo.

Noto como la ilusión por las navidades se me ha ido quitando poco a poco. Siempre me han encantado estas fechas, los adornos, los villancicos, el ambiente de las calles, los regalos, las reuniones de la familia .... y ahora nada. De hecho ayer estaba deseando que terminara la cena. Una cena grasienta. Una cena grasienta de la que además no te puedes librar. Ya sabéis.

Las navidades son ahora unas fechas más. Este año no las he esperado nada de nada (Bueno, he esperado las vacaciones. Mucho, de hecho). Esta mañana mi hermana pequeña entró en mi habitación para que fuera a por mis regalos (Ya ves tú que ilusión regalos que tu mismo colocas bajo el árbol y que además tu mismo has visto anteriormente), pero me dí la vuelta en la cama y seguí durmiendo un rato. En eso se ha convertido mi ilusión.

En fin. Ahora llevo todo el día en la cama, diciendo que tengo dolor de barriga, y sin comer desde anoche. Lo del dolor de barriga no es mentira, de hecho, pero tampoco me duele tanto como para no engullir. Las cenas navideñas hacen que me sienta absurdamente culpable. Y esta ha sido solo la primera. Fantastic.

Comida.


Odio comer. Amo comer. Es una relación tan bipolar que me asquea. He de ser sincero: Como demasiado. Me estreso y como, y al comer me estreso más aún, lo que hacer que me de por comer más. Mi relación con la comida puede definirse con ese círculo vicioso.

Hace tiempo que caí en las garras de este trastorno. No ignoro que sea una enfermedad como hace mucha gente, no; como dije en la primera entrada de este blog, no ignoro el hecho de que esté enfermo. Pero no quiero dejar de estarlo. Espero que este hecho no sea tan complicado de entender. No quiero dejar de tener este problema, por que en cierto modo esta locura me da cordura.

Todo esto empezó siendo algo normal. Un día asumí lo obeso que estaba. Pesaba más de noventa quilos, y milagrosamente algo encajó en mi celebro medio lelo y decidí que cambiaría. Empecé a decir no a mucha comida basura, descubrí las verduras y comencé a realizar más deporte. Lo típico que hace la gente normal, y lo que digo cuando alguien me dice 'Oh, que delgado estás, ¿Qué has hecho?'. Esto empezó en septiembre, y a finales de octubre ya tenía los dedos en la garganta y mintiendo sobre la comida que comía.

La verdad es que no sé muy bien como empezó esto, por raro que sea simplemente salió así. Y es un infierno, pero quiero arder hasta los cimientos. A día de hoy he perdido veinte kilos, y quiero bajar. Necesito bajar, pero estoy atascado en este maldito número. Se ríe de mi. Se burla de mi incapacidad. Me llama fracasado y se crece.

Arder como un cometa para brillar como una estrella. 

Quiero añadir una última cosa, y es que el 'Príncipe' del título no es más que una burla. Una burla a los Anas, y a los Mias y a todas aquellas personas que creen que esto no es más que un juego o un estilo de vida, o algo de lo que se pueda entrar y salir a antojo. No es un juego. No es divertido. No es más que una basura. Y una enfermedad. Que no se os olvide eso. Asumidlo y aceptarlo. Estáis enfermos.

Estoy enfermo.


Una de las pocas cosas que tengo claras en la vida es que estoy enfermo. Completamente enfermo. Inestable. Loco. Y roto. Muy roto. Antes de comenzar mis andanzas por el mundo del anonimato quería dejar claro eso de que tengo asumido que no estoy bien. Es algo que considero que es importante señalar.

El caso es que por una razón u otra, hoy, en esta fecha tan significativa para muchos, 25 de Diciembre, he decidido que quiero plasmar mis más oscuros pensamientos. Me he dado cuenta cuando estando en mis peculiares momentos de crisis no tenía con quien hablar. No necesito a nadie con quien hablar, pero necesito sacar toda esta mierda que me oprime los pulmones. Esa es la principal razón por la que he iniciado esto.

Desde hace poco más de un año soy bulimico. Me llevo los dedos a la garganta, y lo irónico es que disfruto con ello, vaciando mi estómago a base de arcadas.

Es digno de mención el odio que siento hacia mi mismo. Me detesto, me doy asco, me odio. Odio mi cuerpo y odio mi mente. Me odio por todo lo que soy, y me odio por lo que no seré.

Soy una persona con dos caras, la interna y la externa. En mi cara externa soy jodidamente alegre, es fácil confiar en mi y hablarme, pero en mi cara interna soy caos. En mi cara interna no disfruto con nada, no quiero a nadie, vomito y me hago cortes.

No hay casi nadie que conozca mi cara interna, y nadie que conozca lo que de encuentra en los crueles laberintos de mi mente. ¿Quieres echar un vistazo?